En los Estados Unidos este término se refiere al trastorno del desarrollo de la lectura mientras que en la mayoría de los países europeos se utiliza para referirse a una gran variedad de trastornos de la lectura, que incluyen tanto los problemas del desarrollo como los adquiridos.
Lo cierto es que a muchos puede parecernos que aprender a leer y escribir es un proceso del todo natural pero algunos niños presentan dificultades en el aprendizaje que se traducen en un problema para adquirir estas habilidades. De hecho, la dislexia es el trastorno del aprendizaje más frecuente entre la población infantil; tanto es así que se estima que su incidencia alcanza entre el 5 y el 10%, aunque algunos estudios incluso refieren cifras del 17,5%.
No es una enfermedad ni una minusvalía, pero si un trastorno en el aprendizaje que repercute en la adquisición de las enseñanzas más primarias y elementales, en el acoplamiento y el rendimiento escolar.
El niño tiene una gran dificultad para aprenderse las letras y, mucho más, para usarlas correctamente a la hora de leer y escribir.
Son niños inteligentes, con motivación y escolarización normales.
La lectura les cuesta mucho, es lenta y tienen frecuentes errores como:
- omisiones de letras o silabas (olvidar leer una letra o sílaba)
- sustituciones (leer una letra por otra)
- inversiones (cambiar el orden de las letras o silabas)
- adicciones (añadir letras o silabas)
- unión y fragmentación de palabras (unir y separar palabras de forma inadecuada)
- rectificaciones, vacilaciones y saltos de línea durante la lectura.
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